Terapia sistémica
Siempre estamos en relación: tenemos diferentes papeles y experimentamos diferentes patrones en nuestras familias, entre amigos o en el trabajo.
Nuestra acción tiene un efecto comparable al del péndulo (la cuna de Newton del siglo XVII), donde el impulso de la primera bola metálica se transfiere a la siguiente y a la última. Un impulso hace resonar todo el sistema. Si una parte empieza a moverse, todo el sistema cambia.
La terapia sistémica se centra en la relación entre individuos, en la interacción entre los individuos y el entorno, y en la autoestima y autoeficacia del cliente. La base del diálogo con el cliente es el respeto, la imparcialidad, el interés y el aprecio por las estrategias vitales previas.
Ayudar a las personas a ser más constructivas en la vida en el sentido más amplio es el núcleo del trabajo sistémico.